lunes, 23 de noviembre de 2015

Poemas XXIII: Mi nombre en tus labios. Por Akasha Valentine.


Johann Heinrich Füssli “Soledad en el ocaso”, 1795- 1800. Fuente: Wikipedia.  

POEMA XXIII

MI NOMBRE EN TUS LABIOS.


Sostenme para no caer y sujétame fuerte para no desvanecer,

pues ya estoy oyendo partir las pisadas de tus zapatos

a tierras lejanas, donde los besos de mis labios no te alcanzarán

y sólo se quedarán pegados a los cristales de los retratos

que aún colgados adornan las viejas paredes de esta lúgubre casa

en la que vivo sin vivir, porque no te tengo aquí a mi lado.


Es entonces cuando evoco, sin yo querer recordar,

el tacto de los sueños que gesté a tu lado;

y dado que estos sueños sin cumplir aún viven en mi memoria

quisiera enviarlos lejos, tan lejos como me fuera posible,

dejándolos olvidados en el interior de las maletas de los múltiples

compartimentos donde nos solíamos besar, escondiéndonos de la miradas ajenas.


¡Qué envidia me dan ya los sueños que olvidé en su día,

las caricias a las que no presté demasiada atención,

la forma en la que tu nombre era pronunciado en tus labios

cuando tu rostro se aferraba contra mis rosadas mejillas!

Qué sencillo me resulta volver al ayer, y cuán difícil

me resulta vivir en el presente, ahora que ya no vives en él.


Akasha Valentine © 2015 Poemas desde el alma.

Poema XXII Duele quererte de Akasha Valentine.

Gustave Doré “Paolo and Francesca da Rimini”, 1862. Fuente: Wikipedia.  


POEMA XXII

DUELE QUERERTE.


Permíteme olvidar, déjame escapar cuando necesite estar aquí

pues yo quisiera desvanecer la realidad entre mis manos

y olvidar que lo que siento no debe ser interpretado como amor

sino como una emoción pasajera que no anime a mi corazón

a latir sin control alguno cuando tus ojos se claven en mi figura.


Recuérdame que no te mire cuando tú me mires,

y deja caer tus párpados sobre tus ojos,

sin olvidar que no debes dejar de sorprenderme

con el tacto de tus manos sobre mi piel y el suave sabor

de tus labios en mi boca que a mi alma hace enloquecer.


Lo ves, nado en un mar de contradicciones, queriéndote

cuando en realidad lo único que deseo es olvidarte,

y negándome a decirte adiós añoro la forma de tu boca en mis labios.

Tú, que nada dices cuando yo hago tantas preguntas,

llenas mi mente de confusos pensamientos y haces que me pregunte:


¿Por qué me duele el corazón cuando te quiero

y no te olvido cuando la razón me obliga a ello?

Dirás lo que quieras, pero la inexperiencia es la voz que ahora habla

por mí, mientras yo me pregunto cuanto tiempo más podré aguantar

sabiendo que te quiero aunque me enloquezca quererte como vengo haciendo.


Akasha Valentine © 2015 Poemas desde el alma.